Tuesday, May 16, 2006

Las puertas del destino se elevan a lo alto

Te veo subir por una escalera de luz hacia el cielo.
¿Será cierto todo lo que dicen?. ¿Existirá un mundo donde reine la paz y el amor?.

Viniste corriendo a mi encuentro. Brincaste y me abrazaste muy fuerte.

Lo sé. Tu alma infinitamente bondadosa y pura logró perdonarme.

Te abrazo aún más fuerte y digo:

-Te amo.

Así pude ver nuevamente brotar una sonrisa. De pronto pude ver en ella el cielo abriendose ante mí.
Luego te miré a los ojos. Me detuve bien a verlos. Estaba viendolo directamente a él.

Me extendiste tu mano, una blanca paloma.
La tomé.
De pronto comenzamos a elevarnos en la inmensidad.
Todo era hermoso, sentía una paz incomparable.

Así, de un momento a otro, escucho tu voz angelical que me dice:

-Marce, ahora puedes quedarte conmigo.

Mi corazón se quería rendir. Una lágrima recorría mi mejilla.
¿Será que alfin podré alcanzar la felicidad junto a mi hermana?.

Parecía ser cierto. El destino cruel nunca más te separaría de mi lado.

Te tomé. Te apegué fuerte contra mi pecho y te dije:

-Estaré contigo hasta el final de los días.